Se detienen mis pensamientos en aquellos días,
en los que suspiraba detrás de un sueño.
En los que era difícil creer que los deseos se realizaban.
Pero el futuro estaba tan intacto
que se podía tocar el cielo.
Tanto sufrir por amores que no se reflejaban en
ningún espejo.
Eran sombras que perseguía con denuedo,
sin llegar a alcanzarlas nunca,
ni siquiera rozarlas con los dedos.
Cuanta lagrima perdida en el pozo
del desamor temprano,
hiriente y ya tan lejano en el tiempo.
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