Mañana quizás encontremos
un sendero olvidado,
debajo de un castillo de arena.
Busquemos entre las dunas,
el último suspiro de las sirenas.
Surquemos el mar en veleros
veloces, mientras la marea retrocede,
dejando surcos en la vereda,
que su recorrido dibuja,
mientras las olas, rompen
musicalmente el silencio
con su replicar y su singular
fuerza.
Muy bonito. Me encanta leerte y comprobar que sigues escribiendo. Ánimo y siempre adelante
ResponderEliminargracias,me encanta que sigas ests aventura mia con las letras
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