Abandono
Algunas veces es necesario,
olvidar la preocupación,
detenerse a mirar la lluvia
que corre rápidamente por los cristales
de la ventana.
Es bueno abandonarse en los
misterios de la noche cerrada,
y detener el llanto desesperado del
amor incomprendido y solitario.
Abandonarse al encanto de
la música y deleitarnos con
cada acorde.
Dejarnos llevar por la belleza
de una cálida noche de verano
y esperar con impaciencia
el primer rayo de sol.
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