Quiero evocar aquellos prados
verdes en los que mis ojos
se perdían, asombrados de
su fuerza y su intensidad.
Días de asueto, el calor
invade con su presencia la
mayor parte del día.
La tibieza de la tarde,
solamente interrumpida por
el sonido del mar.
Incide en nuestro caminar,
mientras las gaviotas
recorren la playa ,
una silueta rompe la
escena, a lo lejos un navío
surca las aguas, en un viaje
singular.
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