Las heridas del alma,
son las más difíciles de curar.
Cuando la inocencia desaparece
al final de una calle.
Descubres una noche que has
tirado por la ventana,
tu amor inocente y locuaz.
Siempre se abre otra puerta,
igual que después de un día,
llega otra mañana.
Tienes unas oportunidades,
de escapar del llanto y dar
valor a esa última lágrima.
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