Pudiste ser semilla de amor,
germinando en la temprana juventud.
Pero te quedaste en niebla
que se disipa con el dia.
Te regaba todos los días
con tesón y cariño,
pero me equivoque de planta y
aroma.
Ahora no queda nada de lo
que vivir.
Solo una sombra que el sol
amenaza y acecha,
pero lucha por no marchitar.