Había un príncipe muy valiente
que vivía en un castillo de arena,
que viajaba en el ala de un cometa,
las noches que brillaba la luna llena.
Tenía un ejercito enorme
que luchaba todas las noches,
contra un dragón que atemorizaba
a princesas y volcaba carricoches.
Un día, el dragón en vez de fuego
lanzaba caramelos a los niños
que siempre fueron buenos.
Y el príncipe y su ejercito
marcharon a otros lugares
desiertos.
Bonita poesía, con mucho sentimiento...
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