Se eleva a los
cielos,
elegante y espigada,
con el tronío gótico
que la caracteriza.
Vigilante y amante
de la ciudad, que
ampara su majestad.
Guardiana y hermosa,
rompiendo las nubes.
Sus policromadas
vidrieras,
recogen los suspiros
de
los niños y regalan
a la vista su
singular
elegancia.
Recuerdos de
infancia,
sonidos de órgano
y aroma primaveral,
envuelven su serena,
estampa cimbreante.
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