El niño llora porque ha
perdido su caballito de mar,
el que mecía la brisa
con gran solemnidad.
¿Donde corres caballito
pequeño, diminuto y brillante?.
Cae lenta la tarde.
El niño duerme con un replicar de burbujas,
en las aguas cristalinas,
y la brisa le mueve con sumo cuidado,
mientras el caballito cabalga las olas
del atardecer dorado.
Es muy bello el poema!!!!
ResponderEliminar