En el laberinto de los sueños
descubro el escondite, de
aquellos hermosos cuentos.
Al volver de tan largo viaje,
las hadas con sus alas de
mariposa y sus largos collares,
abandonan su hogar dentro
de las rosas para mirarme.
Los juncos entonan su melodia
mecidos por el viento,
engalanan el curso del río.
La tarde languidece, el sol
abandona el día en la lejana colina.
Pinceladas anaranjadas en las nubes,
dibujan el cielo de armonía.
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