Envuelta en el manto estrellado de la noche
duerme la ciudad, tranquila, serena
como transcurre la tarde.
Ajena a los suspiros de sus habitantes,
Segovia se alza altanera, siempre joven
y llena de leyenda,
cuna de insignes amantes de la cultura, adoradores del arte.
Se levanta brillante
en su luz elegante y gallarda,
con su eterno señorío, fue
morada de la reina.
Segovia, ciudad eterna y galante.
Recién llegada de Indonesia, compruebo que sigues escribiendo y me encanta
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