Se quiebra mi voz
y llega el llanto,
lagrimas de lluvia salvaje
recorren mis mejillas.
Lloro por las victimas
inocentes, de tantos necios,
locos de orgullo y vanidad,
que amos del mundo, crean
y deshacen a su antojo.
Cortan la flor de la juventud
y la lozanía, sin importarles
el daño y el duelo.
Guerras sin honor, ni valor,
mentes poseídas por el
rencor y el odio.
Mientras los ríos de llantos,
no se escuchan por sus dueños
que idolatran su ego.
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