Se mueren nuestros peces,
llenan las orillas de nuestros ríos,
las olas, los devuelven inertes
al mar.
No respondemos a su llamada,
la Tierra se abre, se cuartea,
languidece ante nuestro ojos.
Contaminamos sin tregua ni
gobierno.
Las arenas del mar se pierden,
mientras la marea aumenta y
desaparecen las playas.
No oímos las voces,
el mundo submarino enferma
ante nuestros ojos.
El coral desaparece del océano
y nadie llora, nadie se acuerda
del baile del delfín.
No cuidando el planeta atentamos contra nosotros mismos. Somos tan ilusos que muchos piensan "nos estamos cargando el planeta". No, no nos engañemos, nos estamos cargando a nosotros mismos. Cuando desaparezcamos, el planeta seguirá girando millones de años más, con nueva vida, y sin nosotros... Un poema genial, de los que dan que pensar. Felicidades
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